domingo, 26 de agosto de 2007

el muro

Anoche tuve un sueño, como cada noche, un sueño en el que caminaba recorriendo la costa por unos acantilados, en la zona donde golpean las olas, ante mi se erigían altos y rocosos, con salientes tenebrosos y afilados que me daban a entender que ese no era el camino adecuado para salir de allí, continué por la orilla caminando sin temor, de roca en roca como solían hacer los hombres de mi familia cuando íbamos a la playa en un día de verano cuando aun no tenia ni idea ni de que hacia yo ahí plantado, de pronto tras alcanzar la punta de un cabo que destacaba sobre manera, me encontré con un muro que ejercía de rompeolas y a la vez comunicaba con un peñón que hacia milenios se había separado de la costa. Se daba la curiosidad que el muro se encontraba derruido por los dos extremos, pero la única forma de llegar al otro lado del acantilado era alcanzarlo y dar un gran salto hacia las rocas, lo alcance sin problemas y entonces el cielo se oscureció, el mar se volvió embravecido y me di cuenta de por que el muro estaba en esa tesitura de decadencia el mar lo sometía a duros castigos por ambos lados y era inexplicable como podía soportar tal empuje, lo mas curioso es que seguía firme en su cresta una fina pared de apenas un ladrillo de espesor logre alcanzar el contorno de la costa de nuevo, y fue entonces cuando me di cuenta que debía meter pies en agua sobre las ruinas sumergidas del muro para alcanzar la playa, un estruendo me llamo la atención la gente que se encontraba en la playa desapareció, las olas cobraron mayor vida y su altura alcanzaba mas de cuatro metros, la fina tapia cedió y se derrumbo sobre el camino que hacía apenas diez segundos yo pisaba, entonces el mar pareció aumentar su nivel y enguyó el muro bajo sus aguas, las olas dejaron de fluir en dos sentidos y pasaron por encima la superficie, sin ayuda, sin medio posible de llegar a mi destino respire profundo y me dije: "solo te queda esperar y tener paciencia", después de la tormenta, por muy dura que sea, siempre llega la calma. Finalmente alcance la playa pero en realidad no alcance mi meta cuando llegue a la playa, sino cuando supe que lo único que me hacia falta era tener paciencia y confianza para afrontar una situación de la que nunca hubiera tenido esperanzas de salir. Paciencia, ten paciencia.

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